jueves, 1 de diciembre de 2011
Matrimonio
Que el Matrimonio nos haga crecer uno al lado del otro y de lograr nuestros objetivos individuales y comunes.
El punto de partida para educar a la pareja es fortalecer su convivencia, estén en unión libre o casados.
Pero iniciemos desde el principio: El preámbulo del matrimonio:
La feliz pareja llega a la iglesia o a la notaría para casarse.
La primera pregunta tiene una respuesta obvia : ¿por qué están aquí? “porque queremos casarnos”, y la respuesta a una segunda pregunta los imagina exitosos en su matrimonio: ¿Y por qué se quieren casar? "Porque nos queremos / Estamos enamorados / nos amamos".
La mayoría de las parejas se casan poniendo como garantía el amor, la atracción, el erotismo que sienten; otros pocos lo hacen por evitar la soledad, hay quienes sucumben por las presiones sociales y familiares, otros por conveniencia económica sin tomar en cuenta sus sentimientos, también por querer tener hijos.
Pocas personas asumen el matrimonio como parte de su proyecto de vida. Culturalmente estamos condicionados a que el matrimonio sirve para formar un hogar y para conseguir todo lo anterior, por ello lo vemos como un medio de obtención.
El problema llega cuando nos damos cuenta con el tiempo y el uso diario de la convivencia, que el amor no es suficiente cuando la pareja comienza a marcar distancia en su forma de pensar. Cuando su enfoque en ciertas situaciones hace sentir a su pareja como "llevandole la contraria", también en el caso cuando alguno de los dos no quiere tener hijos o cuando los objetivos de trabajo y las expectativas profesionales o lugar de residencia causan malestar. ¿Y de dónde viene no pensar iguales?, pues en que el hombre y la mujer, no son iguales. Y la igualdad no se puede ni forzar ni persuadir. Hay que ceder con amor y equilibradamente.
Por eso antes de casarse debemos tener un plan de vida, propio y de pareja, individual y de familia.
Y para tener un matrimonio exitoso no sólo se depende del amor, se basan también en el respeto, la lealtad, la solidaridad, la comprensión, la complicidad, la libertad y el cumplimiento de los acuerdos y finalmente la confianza debe permanecer inmaculada. Dos personas con un proyecto de vida en común, hacen funcionar muy pareja su vida.
El primer tema nuestro es enfocar el matrimonio y la vida en pareja, viable.
En consecuencia, llegar al matrimonio debe ser una elección que nos dé la posibilidad de crecer al lado del otro y de lograr nuestros objetivos individuales y comunes, que aderezado con amor y pasión nos permite perdurar en él, ya que el amor en sus diversas formas actúa como importante facilitador de las relaciones interpersonales.
Para fortalecer una relación hay que tener en cuenta 4 armas de destrucción del éxito de un matrimonio.
1. Crítica.
La crítica implica el atacar la personalidad o carácter de su pareja, en vez de enfocarse en la conducta específica que le molesta. Es saludable ventilar los desacuerdos, pero no atacar la personalidad ni el carácter de su cónyuge en el proceso. Es la diferencia entre decir, "Estoy molesto porque no sacaste la basura" y decir, "Yo no puedo creer que no sacaste la basura. Eres tan irresponsable". En general, las mujeres tienden utilizar muy a menudo, esta arma en el conflicto.
2. Desprecio.
El desprecio es un paso arriba de crítica e implica el derribar o insultar su pareja. El desprecio es un signo abierto de la falta de respeto. Los ejemplos del desprecio incluyen: burlarse de su pareja, poner los ojos en blanco, llevar cara de desprecio, o derribar a la otra persona con el humor sarcástico.
3. El estar a la defensiva.
El adoptar una postura defensiva en medio del conflicto puede ser una respuesta natural, pero no ayuda en la relación. Cuándo una persona está a la defensiva, él o ella usualmente experimenta mucha tensión y eso dificulta el enfocarse en lo que se ha dicho. Negando responsabilidad, inventando excusas, o respondiendo a una queja con otra son todos ejemplos de estar a la defensiva.
4. Táctica de cerrojo.
Las personas que emplean una táctica de cerrojo simplemente se niegan a responder. El emplear tal táctica de vez en cuando puede ser saludable, pero como una manera típica de interactuar, emplear una táctica de cerrojo durante el conflicto puede ser destructiva para un matrimonio. Cuándo se emplea esta táctica a menudo, uno está escapando del matrimonio, en vez de resolver sus problemas. Los hombres tienden a emplear la táctica de cerrojo mucho más frecuentemente que las mujeres.
Consejos para mejorar tu matrimonio y tu salud
Dado que el tener un matrimonio robusto es una clave tan importante de permanecer saludable y feliz, tiene sentido dirigir energía hacia el hacer la relación matrimonial lo mejor posible. La inversión seguramente valdrá la pena. A continuación, se presentan algunos consejos para hacer tu relación mucho más sana:
1. Nutre tu amistad. ¿Sabes lo que a tu cónyuge le gusta o no le gusta, sabes sus sueños, preocupaciones, temores e ilusiones? ¿Sabes en todo detalle lo que tu pareja hizo todo el día de ayer? ¿Sabes qué tipos de presiones encara en el trabajo? La base de un matrimonio saludable es una amistad firme. Si un matrimonio no se ha construido en una amistad fuerte, con pasar el tiempo puede que resulte difícil el permanecer conectados. Cerciórense de tomar un rato diariamente para fiarse del uno al otro. Durante este tiempo, hagan una prioridad el escuchar y aprender acerca de los pensamientos, sentimientos, e ideas de su pareja.
2. Toma pasos activamente para fomentar tu querer y admiración para tu pareja. Éste es el antídoto al desprecio. Recuerda las cualidades buenas de tu pareja. ¿Qué te atrajo a tu cónyuge en primer lugar? ¿Qué amaste o admiraste originalmente de tu pareja? Al nutrir tu afición por tu cónyuge, puedes fomentar una actitud mucho más positiva hacia él o hacia ella.
3. Siempre compórtate respetuosamente hacia tu cónyuge. En las relaciones que empeoran con el tiempo, el respeto llega a ser cada vez más ausente. Tristemente, a veces la gente acaba tratando a su pareja peor de lo que ellos tratarían a un extraño. Tolerando o entrando en la conducta irrespetuosa, uno contribuye activamente a la muerte de su relación. ¿Alguna vez llamas a tu cónyuge con sobrenombres ofensivos? ¿Regañas a tu socio delante de sus amigos o familia? ¿Nunca consideras cómo tu pareja será afectada por tus comentarios o acciones crueles? Considera las maneras en que tú o tu pareja pueden cruzar la línea a la falta respeto. Recuerda que sin el respeto, el amor no puede sobrevivir.
4. Acepta y aprueba a tu compañer@. Reconoce cuánto poder tienes para exaltar o dejar por el suelo a tu pareja. Puedes hacer que tu relación sea un refugio celestial o el infierno en la tierra. Recuerda que todos necesitamos sentirnos aceptados por quienes somos. En vez de atacar a tu cónyuge, trata de entender su punto de vista. También, haz un cumplido a tu pareja por las formas en que él o ella te apoyan y defienden tu relación. Es fácil de permanecer tan centrado en lo que está mal en la relación que uno deja pasar lo que realmente está funcionando bien.
5. Perdónense y reconcíliense el uno al otro. Cuándo tu pareja genuinamente trata de pedir el perdón, no le des la espalda. Algunas veces es inevitable tener conflictos y sentimientos lastimados. Cuando intentos de reparar estas heridas son rechazados repetidas veces, la relación recibe un golpe. Puede ser que necesites tiempo para sanarte de algún resentimiento, amargura, o de sentimientos dolorosos, pero no cierres las puertas completamente a los intentos de tu compañero de mejorar las cosas. Miren dentro de sí mismos y trabajen juntos para poder curar todas esas heridas.
6. Cálmense. Cuándo el conflicto se agrava, la pareja puede ser "inundada" por emociones fuertes, llevando a la aflicción física, empleando una táctica de cerrojo y de estar a la defensiva. Qué traten de respirar profundamente o tómense un tiempo a solas. La mayoría de las personas necesitan al menos 20 minutos para realmente calmar sus cuerpos. Tomen tiempo y regresen a los problemas cuando puedan realmente escuchar lo que la otra persona trata de decir sin ser agobiado.
7. Permitan que su pareja los influencien. En general, los hombres son menos probables de buscar un punto de acuerdo con sus esposas. Se nota que, Cuando un hombre no está dispuesto a compartir la autoridad con su cónyuge, hay una 81% de posibilidad que su matrimonio se autodestruirá. Recuerden que los buenos matrimonios implican dar y recibir. Ustedes están en el mismo equipo y necesitan trabajar juntos por el bien de su relación.
8. Calienten su relación. Mantengan su relación sana asegurándose que hay por lo menos cinco interacciones positivas para cada negativa. Investigadores han identificado que una proporción de 5 a 1 de interacciones positivas a negativas está ligada a la estabilidad de un matrimonio, sin importar cual sea el estilo típico de resolver conflictos. Si hay demasiada negatividad, la relación sufre.
9. Aprendan a dejar algunas cosas en paz. Aunque tu cónyuge pueda hacer cosas que te vuelvan loco, recuerda que puedes soportarlo. No vale la pena luchar por cada cosita. Resuelvan los problemas que son solubles y dejen los otros en paz. Deben de aprender a decidir si vale la pena chocar.
10. No te olvides de trabajar en ti mism@. Una relación es como un baile. Se mueven al unísono para crear algo que es realmente único. ¿Qué tipo de compañero eres tú? ¿Trabajas con tu pareja o usualmente tiras en otra dirección? ¿Te paras en sus dedos? ¿Le miras en los ojos o te enfocas sólo en tus próximos pasos? Recuerda que tú controlas el 50% de lo que sucede en tu matrimonio. Asegúrate de ser una buena pareja.
El punto de partida para educar a la pareja es fortalecer su convivencia, estén en unión libre o casados.
Pero iniciemos desde el principio: El preámbulo del matrimonio:
La feliz pareja llega a la iglesia o a la notaría para casarse.
La primera pregunta tiene una respuesta obvia : ¿por qué están aquí? “porque queremos casarnos”, y la respuesta a una segunda pregunta los imagina exitosos en su matrimonio: ¿Y por qué se quieren casar? "Porque nos queremos / Estamos enamorados / nos amamos".
La mayoría de las parejas se casan poniendo como garantía el amor, la atracción, el erotismo que sienten; otros pocos lo hacen por evitar la soledad, hay quienes sucumben por las presiones sociales y familiares, otros por conveniencia económica sin tomar en cuenta sus sentimientos, también por querer tener hijos.
Pocas personas asumen el matrimonio como parte de su proyecto de vida. Culturalmente estamos condicionados a que el matrimonio sirve para formar un hogar y para conseguir todo lo anterior, por ello lo vemos como un medio de obtención.
El problema llega cuando nos damos cuenta con el tiempo y el uso diario de la convivencia, que el amor no es suficiente cuando la pareja comienza a marcar distancia en su forma de pensar. Cuando su enfoque en ciertas situaciones hace sentir a su pareja como "llevandole la contraria", también en el caso cuando alguno de los dos no quiere tener hijos o cuando los objetivos de trabajo y las expectativas profesionales o lugar de residencia causan malestar. ¿Y de dónde viene no pensar iguales?, pues en que el hombre y la mujer, no son iguales. Y la igualdad no se puede ni forzar ni persuadir. Hay que ceder con amor y equilibradamente.
Por eso antes de casarse debemos tener un plan de vida, propio y de pareja, individual y de familia.
Y para tener un matrimonio exitoso no sólo se depende del amor, se basan también en el respeto, la lealtad, la solidaridad, la comprensión, la complicidad, la libertad y el cumplimiento de los acuerdos y finalmente la confianza debe permanecer inmaculada. Dos personas con un proyecto de vida en común, hacen funcionar muy pareja su vida.
El primer tema nuestro es enfocar el matrimonio y la vida en pareja, viable.
En consecuencia, llegar al matrimonio debe ser una elección que nos dé la posibilidad de crecer al lado del otro y de lograr nuestros objetivos individuales y comunes, que aderezado con amor y pasión nos permite perdurar en él, ya que el amor en sus diversas formas actúa como importante facilitador de las relaciones interpersonales.
Para fortalecer una relación hay que tener en cuenta 4 armas de destrucción del éxito de un matrimonio.
1. Crítica.
La crítica implica el atacar la personalidad o carácter de su pareja, en vez de enfocarse en la conducta específica que le molesta. Es saludable ventilar los desacuerdos, pero no atacar la personalidad ni el carácter de su cónyuge en el proceso. Es la diferencia entre decir, "Estoy molesto porque no sacaste la basura" y decir, "Yo no puedo creer que no sacaste la basura. Eres tan irresponsable". En general, las mujeres tienden utilizar muy a menudo, esta arma en el conflicto.
2. Desprecio.
El desprecio es un paso arriba de crítica e implica el derribar o insultar su pareja. El desprecio es un signo abierto de la falta de respeto. Los ejemplos del desprecio incluyen: burlarse de su pareja, poner los ojos en blanco, llevar cara de desprecio, o derribar a la otra persona con el humor sarcástico.
3. El estar a la defensiva.
El adoptar una postura defensiva en medio del conflicto puede ser una respuesta natural, pero no ayuda en la relación. Cuándo una persona está a la defensiva, él o ella usualmente experimenta mucha tensión y eso dificulta el enfocarse en lo que se ha dicho. Negando responsabilidad, inventando excusas, o respondiendo a una queja con otra son todos ejemplos de estar a la defensiva.
4. Táctica de cerrojo.
Las personas que emplean una táctica de cerrojo simplemente se niegan a responder. El emplear tal táctica de vez en cuando puede ser saludable, pero como una manera típica de interactuar, emplear una táctica de cerrojo durante el conflicto puede ser destructiva para un matrimonio. Cuándo se emplea esta táctica a menudo, uno está escapando del matrimonio, en vez de resolver sus problemas. Los hombres tienden a emplear la táctica de cerrojo mucho más frecuentemente que las mujeres.
Consejos para mejorar tu matrimonio y tu salud
Dado que el tener un matrimonio robusto es una clave tan importante de permanecer saludable y feliz, tiene sentido dirigir energía hacia el hacer la relación matrimonial lo mejor posible. La inversión seguramente valdrá la pena. A continuación, se presentan algunos consejos para hacer tu relación mucho más sana:
1. Nutre tu amistad. ¿Sabes lo que a tu cónyuge le gusta o no le gusta, sabes sus sueños, preocupaciones, temores e ilusiones? ¿Sabes en todo detalle lo que tu pareja hizo todo el día de ayer? ¿Sabes qué tipos de presiones encara en el trabajo? La base de un matrimonio saludable es una amistad firme. Si un matrimonio no se ha construido en una amistad fuerte, con pasar el tiempo puede que resulte difícil el permanecer conectados. Cerciórense de tomar un rato diariamente para fiarse del uno al otro. Durante este tiempo, hagan una prioridad el escuchar y aprender acerca de los pensamientos, sentimientos, e ideas de su pareja.
2. Toma pasos activamente para fomentar tu querer y admiración para tu pareja. Éste es el antídoto al desprecio. Recuerda las cualidades buenas de tu pareja. ¿Qué te atrajo a tu cónyuge en primer lugar? ¿Qué amaste o admiraste originalmente de tu pareja? Al nutrir tu afición por tu cónyuge, puedes fomentar una actitud mucho más positiva hacia él o hacia ella.
3. Siempre compórtate respetuosamente hacia tu cónyuge. En las relaciones que empeoran con el tiempo, el respeto llega a ser cada vez más ausente. Tristemente, a veces la gente acaba tratando a su pareja peor de lo que ellos tratarían a un extraño. Tolerando o entrando en la conducta irrespetuosa, uno contribuye activamente a la muerte de su relación. ¿Alguna vez llamas a tu cónyuge con sobrenombres ofensivos? ¿Regañas a tu socio delante de sus amigos o familia? ¿Nunca consideras cómo tu pareja será afectada por tus comentarios o acciones crueles? Considera las maneras en que tú o tu pareja pueden cruzar la línea a la falta respeto. Recuerda que sin el respeto, el amor no puede sobrevivir.
4. Acepta y aprueba a tu compañer@. Reconoce cuánto poder tienes para exaltar o dejar por el suelo a tu pareja. Puedes hacer que tu relación sea un refugio celestial o el infierno en la tierra. Recuerda que todos necesitamos sentirnos aceptados por quienes somos. En vez de atacar a tu cónyuge, trata de entender su punto de vista. También, haz un cumplido a tu pareja por las formas en que él o ella te apoyan y defienden tu relación. Es fácil de permanecer tan centrado en lo que está mal en la relación que uno deja pasar lo que realmente está funcionando bien.
5. Perdónense y reconcíliense el uno al otro. Cuándo tu pareja genuinamente trata de pedir el perdón, no le des la espalda. Algunas veces es inevitable tener conflictos y sentimientos lastimados. Cuando intentos de reparar estas heridas son rechazados repetidas veces, la relación recibe un golpe. Puede ser que necesites tiempo para sanarte de algún resentimiento, amargura, o de sentimientos dolorosos, pero no cierres las puertas completamente a los intentos de tu compañero de mejorar las cosas. Miren dentro de sí mismos y trabajen juntos para poder curar todas esas heridas.
6. Cálmense. Cuándo el conflicto se agrava, la pareja puede ser "inundada" por emociones fuertes, llevando a la aflicción física, empleando una táctica de cerrojo y de estar a la defensiva. Qué traten de respirar profundamente o tómense un tiempo a solas. La mayoría de las personas necesitan al menos 20 minutos para realmente calmar sus cuerpos. Tomen tiempo y regresen a los problemas cuando puedan realmente escuchar lo que la otra persona trata de decir sin ser agobiado.
7. Permitan que su pareja los influencien. En general, los hombres son menos probables de buscar un punto de acuerdo con sus esposas. Se nota que, Cuando un hombre no está dispuesto a compartir la autoridad con su cónyuge, hay una 81% de posibilidad que su matrimonio se autodestruirá. Recuerden que los buenos matrimonios implican dar y recibir. Ustedes están en el mismo equipo y necesitan trabajar juntos por el bien de su relación.
8. Calienten su relación. Mantengan su relación sana asegurándose que hay por lo menos cinco interacciones positivas para cada negativa. Investigadores han identificado que una proporción de 5 a 1 de interacciones positivas a negativas está ligada a la estabilidad de un matrimonio, sin importar cual sea el estilo típico de resolver conflictos. Si hay demasiada negatividad, la relación sufre.
9. Aprendan a dejar algunas cosas en paz. Aunque tu cónyuge pueda hacer cosas que te vuelvan loco, recuerda que puedes soportarlo. No vale la pena luchar por cada cosita. Resuelvan los problemas que son solubles y dejen los otros en paz. Deben de aprender a decidir si vale la pena chocar.
10. No te olvides de trabajar en ti mism@. Una relación es como un baile. Se mueven al unísono para crear algo que es realmente único. ¿Qué tipo de compañero eres tú? ¿Trabajas con tu pareja o usualmente tiras en otra dirección? ¿Te paras en sus dedos? ¿Le miras en los ojos o te enfocas sólo en tus próximos pasos? Recuerda que tú controlas el 50% de lo que sucede en tu matrimonio. Asegúrate de ser una buena pareja.
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