sábado, 12 de enero de 2008

Lo Que el Mundo Necesita

Un anciano muy pobre se dedicaba a sembrar árboles de mango.
Alguien le dijo:
— ¿Cómo es que a su edad se dedica a plantar mangos?
¡Tenga por seguro que no vivirá lo suficiente para consumir sus frutos!
El anciano respondió apaciblemente:—
Toda mi vida he comido mangos de árboles sembrados por otros.
¡Que los míos rindan frutos para quienes me sobrevivan!
Autor Desconocido

No hay comentarios: